domingo, 18 de diciembre de 2011

El final de ésta transición.


     Hoy hace un año que escribí la primera entrada de este blog. Puede que algunos no sepáis que nació con fecha de caducidad (las transiciones no pueden ser infinitas) Y esa fecha ha llegado.

     Releyendo ahora lo que buscaba en ese momento se puede sacar la conclusión de que no he conseguido nada de lo que me propuse. O sea, que aún vivo con mis padres y no trabajo para un periódico. Pero esto no es verdad, porque sí he publicado, por ejemplo en eciencia y alguien ha colgado algún posts en menéame. Eso y alguna conversación muy productiva con otros divulgadores twitteros han hecho que éste blog tenga un éxito considerable. Y eso ya es bastante porque en realidad cuando escribimos algo lo que queremos es que la gente lo lea. Pero sobre todo el éxito de esta transición está en que ya no quiero lo que me propuse hace un año. Estaba equivocada porque pensé que para escribir sobre ciencia tenía que dejar mi carrera científica y empezar a escribir sobre lo que otros hacían. Pero me he dado cuenta de que los mejores divulgadores son también grandes científicos, así que vuelvo a buscar trabajo en algo que siempre me gustó: síntesis orgánica y determinación estructural. Además, ya dijo Roald Dalh que para ser escritor lo primero que hay que tener es otro trabajo. Así que estoy otra vez haciendo entrevistas para puestos en laboratorio, por ahora sin éxito, pero como todos sabemos, no hay mal que cien años dure.

     Tengo ya varias ideas sobre como va a ser mi próximo blog, que verá la luz el año que viene. Desde luego técnicamente va a ser mucho mejor que éste (que deja mucho que desear en ese aspecto) y en él escribiré exclusivamente sobre ciencia. Ya sabéis que de vez en cuando me gusta contar cosas raras, pero si quiero hacerlo bien tengo que centrarme. Y lo voy a hacer bien, ya lo veréis. En la imagen podéis ver alguno de los libros que estoy usando para trabajar en lo que estoy pensando (soy consciente de que no estoy muy bien de la cabeza, pero no me importa muchísimo)

     Me lo he pasado de miedo escribiendo este blog. Es increíble la creatividad que uno puede sacarse a sí mismo cuando eres el único que puede poner restricciones. He hablado de ciencia, del master de comunicación científica, de mi familia, de novelas o sitios que he descubierto este año, de parecidos triples y de todo lo que me ha apetecido. A mí me ha encantado y espero que a vosotros también. Muchas gracias a los lectores y comentaristas incondicionales (y a los condicionales). 

     Un mol de besos.

viernes, 16 de diciembre de 2011

El gran, grandísimo apellido Docavo.



     El fin de semana pasado estuve unos días en Madrid. Me encanta ir a Madrid, siempre vuelvo más contenta. Una de las cosas que hice fue llamar a mi abuela María para que me invitara a comer. La respuesta fue: "Bueno, es que nosotros vamos a ir a comer al mercado de San Miguel, pero vente si quieres" Es el tipo de cosa que te puede pasar cuando llamas a mis abuelos paternos. Eso, o que no te lo coja porque estén en Chile. Cuando sea grande quiero ser como ellos. Las navidades en su casa son míticas por las poesías, musicales y obras de teatro que durante el día se escriben, ensayan y representan. Mi abuelo suele ser el autor de la obra estrella del día y siempre me elige en el elenco de actores que la representa. Se ha ofrecido varias veces como mecenas para que yo estudie algo de teatro. Nunca he encontrado el tiempo para explorar ese ámbito en el que él asegura que encontraré mi futuro, pero es uno de mis propósitos  del año que viene.


     Tanta creatividad tenía que dar buenos frutos, lo que se demuestra fácilmente en lo artistas que son muchos de sus hijos: Mi tío Jose, ingeniero, se ha cogido un año sabático para escribir una novela buenísima (además de ser clwon), mi tía María, también escritora y empresaria, acaba de abrir un puesto de salchichas alemanas en el mercado de San Miguel y mi tío Chiqui es escritor y viajero incansable.


     En las imágenes mis abuelos, con su aire Alberti, y en el puesto mi tío Chiqui y mi prima Paula, todos guapísimos. Menuda genética llevo.

jueves, 8 de diciembre de 2011

Los más ricos del cementerio.

     Queridos líderes del mundo mundial:


     Ya que están ustedes junticos en Durban, hagan el favor de ser razonables. Puede que las energías renovables sean todavía más caras que el resto, pero el dinero no da la felicidad, y es algo que antes o después cambiará. Está claro que producir calor con carbón es más barato que hacerlo con energía solar, pero también pueden ustedes fijarse en la nube de polución que ha envuelto Pekín durante tres días. Está previsto que en aquella zona la contaminación pase a ser el primer motivo de cáncer de pulmón, adelantando al tabaquismo. Y a lo mejor esto sí que les sale más caro que lo de la energía solar.


     Vale, la energía no es almacenable y hay que asegurarse el abastecimiento. Pero hay que ir subiéndose al carro de las fuentes de energía a las renovables, no ya por el futuro del planeta, sino porque dan mucha autonomía: El suministro de petróleo o carbón no es infinito, pero el viento, el sol, el agua y las plantas estarán aquí mientras estemos nosotros, y un país capaz de producir su propia energía es más libre que el que tiene que comprarla. Además, llegará el día en el que la escasez de materias primas no renovables, o el avance de la tecnología, convierta a la alternativa en la más barata de las opciones, y cuando llegue ese día, el que no se haya apuntado al carro de las renovables irá a la cola de esta carrera en la que algunos parecen muy preocupados por ser los más ricos del cementerio.


     ¿No se han fijado ustedes en que algo está cambiando? Ayer, 7 de diciembre, en Almería a las 14.00 había gente bañándose en la playa. Hace unos meses el huracán Irene llegó a Nueva York. El periodista y activista ambiental Bill McKibben declaró, hablando de esto, en The Daily Beast:


     “Normalmente es difícil que un huracán de categoría 3 o más fuerte cruce el norte de Carolina del Norte manteniendo esa intensidad, porque las corrientes de viento en diferente dirección y temperatura aumentan y las temperaturas oceánicas se ubican debajo de los 26°C, que es el nivel que puede mantener a un huracán. Los vientos de altitud superior pueden ayudar a bajar la tormenta en este caso, pero las temperaturas oceánicas no: están demasiado altas, sólo el año pasado tuvimos aguas más cálidas que este”.
     

     También ha hablado sobre las consecuencias del calentamiento global en Centroamérica Julie Lennox, experta de Punto Focal de Cambio Climático de la Sede Subregional de la Cepal:


      "Está claro que va a haber mayor intensidad de eventos extremos, como sequías y huracanes, parte de esos impactos se van a evidenciar en las economías"

    Sequía en el cuerno de África, huracanes a latitudes extrañas, inundaciones en medio mundo, hielo desapareciendo en los polos... Puede que invertir en energía eólica sea más caro que comprar carbón, pero el precio a la larga es mucho mayor. Además, la alternativa no solo es lo mejor para su país, ¡es mejor para todos! ¿cuántas veces se puede decir algo así? Así que no se peleen, comeos todo lo que os pongan y ¡firmen, firmen todos!