jueves, 10 de febrero de 2011

La prensa de Herófilo.


     Estoy leyendo un libro buenísimo titulado "La ciencia empieza en la palabra" para una asignatura del master. En él he encontrado una anécdota que representa muy bien la importancia del buen uso de la lengua para la comunicación científica, y así, también para la ciencia. Os la cuento.

     Herófilo era un médico griego de la escuela de Alejandría. Fue el primero en hacer disecciones humanas en público allá por el siglo III a.C y se le atribuye el descubrimiento de la posición de los vasos del cerebro. Aún hoy al confluente venoso del encéfalo se le llama "prensa de Herófilo".

     En realidad él nombró esta zona como tonel, en griego "lenós", pero esta palabra tiene dos acepciones, la segunda es "prensa". Fue traducida al árabe como "almaçasara" (esto es, almazara, bonita palabra) y más tarde al latín como "torcular" (otra vez, prensa).

     Bien, podéis pensar que tampoco pasa nada porque el nombre de una zona del cerebro no sea el mismo que le puso la persona que lo descubrió. El problema es que conceptualmente un tonel es un recipiente hueco y una prensa es una máquina que ejerce presión. Herófilo quería que se entendiera la fisiología de esta cavidad con su nombre, pero la mala traducción hizo que muchos anatomistas forzaran una explicación errónea para justificar el origen del término. Hasta el punto que todavía en el siglo XIX había quien decía que Herófilo pensaba que las columnas de sangre ejercían una gran presión unas contra otras.

     Así que ya sabéis, cuidadito con la ambigüedad en los textos científicos, que vuestros traductores os pueden dejar de ignorantes a la primera de cambio.

3 comentarios:

  1. Erasístrato de Ceos16:09

    Al confluente del encéfalo yo siempre le he llamado "tonel de Herófilo de Calcedonia", sobre todo en confianza. Es cierto que cuando hay visitas no es lo mismo; pero en privado no hay duda.

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